Mundo rural
la resistencia necesaria
Desafíos, luchas y esperanzas de un modo de vida en peligro de extinción

Envejecimiento
“Si España está envejecida, el medio rural lo está aún más”
En la última noche de su vida, Andrés, el único habitante de Ainielle, un pueblo deshabitado del Pirineo Aragonés, reflexiona sobre la soledad y el olvido. Este viejo pastor es el protagonista de La lluvia amarilla la obra en la que Julio Llamazares plasma el abandono del medio rural a través de las memorias del último anciano que resiste ante la desaparición de su pueblo.
Antes de que el libro comience, Llamazares apela al lector: “todos los personajes de este libro son pura fantasía del autor, aunque (sin él saberlo) bien pudieran ser los verdaderos”. Con esta aclaración, el autor parece estar advirtiendo de que aunque Andrés es un personaje inventado, bien podría llamarse Valentín, Santiago o Antonia. Ya que Andrés no es sino el dibujo literario de los miles de mayores que aún resisten en nuestro medio rural.

España es de por sí un país envejecido pero el éxodo rural, la caída de la fecundidad y la mayor esperanza de vida en ese territorio hacen del sobreenvejecimiento una característica intrínseca de este medio. Según los últimos datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, más del 20% de los habitantes de los municipios con menos 30.000 habitantes es mayor de 65 años. El envejecimiento se
Proporción de población >65 años
Fuente: Ministerio de Agricultura, Alimentación y medio Ambiente |Elaboración propia



María, a sus 96 años,
resiste en su pueblo junto
a otros 32 vecinos
Estos datos son preocupantes puesto que el grado de envejecimiento de un territorio repercute directamente sobre sus posibilidades de regeneración y provoca un aumento de la población dependiente. Las características del hábitat y las carencias de centros asistenciales, servicios e infraestructuras de transporte hacen que muchos ancianos tengan que recurrir a familiares o trasladarse a residencias en los centros urbanos.
acentúa en los municipios de pequeño tamaño de comunidades como Asturias, Galicia o Castilla y León donde el porcentaje de población anciana supera el 30% mientras que el de menores de 16 años no alcanza al 10% de la población.
Marciana nació hace 90 años en un pueblo donde actualmente hay 9 habitantes censados
La despoblación forma parte de la vida de Marciana, que nació hace 90 años en Castrillejo de la Olma. Un pueblo donde hay 9 habitantes censados y en invierno sólo se mantiene una casa abierta. María, seis años mayor, también se niega a abandonar Villanueva, el pueblo de 32 habitantes donde ha vivido durante toda su vida y donde cada año el número de vecinos se reduce un poco más.
El Andrés de Anielle o la Teonila de Villamoronta
son los grandes olvidados del medio rural. Estos
mayores forman parte de una generación que se
quedó en los pueblos mientras los más jóvenes emigraban a la ciudad. Ellos fueron los testigos del abandono de su territorio y ahora, aún cuando las circunstancias no son las mejores, se niegan marcharse.
Marciana haciendo ganchillo FOTO: Violeta Aguado
Teonila haciendo queso de forma tradicional FOTO: Violeta Aguado
María en su casa de Villanueva del Río FOTO: Violeta Aguado
Pero son muchos los mayores que no quieren dejar sus pueblos, como Teonila, que a sus 73 años, lleva más de media vida viviendo en Villamoronta, un municipio donde la mayor parte de la población supera los 60 años. “Aquí te desmoralizas, te deja de importar el no hacer ciertas cosas porque cuesta mucho hacerlas”, dice esta mujer quien, a pesar de participar activamente en su pueblo, cree que el medio rural tiene muchas limitaciones, especialmente para la gente mayor.
“Andrés no es sino el dibujo literario de los miles de mayores que aún resisten en nuestro medio rural.”

