top of page

Mundo rural

la resistencia necesaria

Desafíos, luchas y esperanzas de un modo de vida en peligro de extinción

Falta de oportunidades

“Hay pueblos que no tienen ni una sola actividad económica” 
 
 
 
 
 
 

“El derecho a la movilidad es un derecho reconocido en el Artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos del hombre. Pero al lado de este derecho universal se ha de respetar la libertad a no emigrar que brota de la dignidad de la persona y el derecho a tener cubiertas las necesidades básicas en su tierra”.

Con esta reflexión abría la revista Pistas para el diálogo su número de Mayo del pasado año. El derecho a no emigrar, del que se hacía eco esta publicación, es un derecho que escasea en el medio rural español. Especialmente en los municipios de pequeño tamaño, donde la falta de oportunidades obliga, en muchas ocasiones, a la emigración forzada de aquellos que no quieren abandonar sus pueblos.

 

El injusto reparto de la tierra

El pasado 28 de abril, numerosas organizaciones presentaron en el Congreso de los Diputados la campaña Por una política de tierras justa y sostenible donde denunciaban la desigualdad en la propiedad de la tierra. Según los datos presentados, el 3% de las fincas europeas controla el 50% de la superficie agrícola y de forma específica en España, el número de explotaciones agrarias se ha reducido en un 23,2% durante la primera década del siglo XXI.

“Hay pueblos que no tienen ni una sola actividad económica, eso sí las tierras están labradas” advierte     Mª del Mar Martín, presidenta de CODINSE, la Coordinadora para el desarrollo integral del Nordeste de Segovia. La desaparición de la Superficie Agraria Útil –en los últimos 10 años se han perdido 2,4 millones de hectáreas– y su concentración en pocas manos hacen que el acceso a la tierra, uno de los principales medios de vida de las áreas rurales, sea cada vez más difícil para aquellos que quieren quedarse.

Distribución de la titularidad de la tierra por sexo y edad
Fuente: Estudio sobre la propiedad de la tierra |Elaboración propia
 
 
 
 
 
 
 
 
 

                                                                                          La fuga de cerebros del medio rural

                                                                                          "Vivir del campo" se ha convertido en un reto, a la                                                                                     escasez de tierra, se suman otros factores como la mecanización, que genera excendente de mano de obra, o los injustos precios que agricultores y ganaderos reciben por sus productos. "Me cuesta más producir un litro de leche que lo que gano por él" dice Francisco, un joven que ha apostado por vivir de la ganadería en su pueblo. La escasa diversificación económica y la falta de empleo en otros sectores productivos, la imposibilidad de recibir formación educativa en el entorno o la escasez de servicios son factores que generan una clara falta de oportunidades en el medio rural. El resultado es la “fuga de cerebros”, la emigración de aquellos que pueden sostener la vida de los pueblos con sus capacidades y su trabajo. 

 

Los jóvenes y especialmente las mujeres –que tienen muy poca representación en la titularidad de la tierra– son los principales actores de esta "emigración forzada". Algunos como Raquel, que dejó el pueblo para estudiar terapia ocupacional, quieren volver, pero ven que el medio rural es todavia un lugar hostil para ejercer ciertas profesiones. "Tengo amigos periodistas, ingenieros o terapeutas que, como yo, quieren volver al pueblo, pero lo tenemos muy difícil" dice esta joven. La “fuga de cerebros” también viene dada por la atracción que genera el medio urbano.”Las luces de neón de la ciudad son muy poderosas. Lo poderoso de lo urbano es ese alumbramiento” afirma el escritor Gustavo Duch. Las ciudades tienen todos los servicios que no existen en el medio rural y una oferta cultural, educativa y laboral que atrae a los jóvenes del campo.

“El resultado es la "fuga de cerebros del medio rural, la emigración de aquellos que pueden sostener la vida de los pueblos"
 
 
 
 
 

La falta de oportunidades no sólo afecta al sector agrario o a                                                                               los más jóvenes. Los artesanos también están perdieron su medio                                                                       de subsistencia porque sus productos se traen desde el exterior.                                                               Oficios Oficios como el herrero, el panadero o el sastre están a punto de                                                                       desaparecer junto con los profesionales de los servicios públicos                                                                          que se quedan sin trabajo cada vez que se cierra una escuela, una farmacia o un centro médico. Todos ellos son parte de una población que es expulsada ante las problemáticas de su medio y la escasa inversión que en él se realiza.

Samuel quiere quedarse a vivir en su pueblo. Este joven, de 22 años, tuvo que salir fuera para estudiar carpintería, una profesión que antes se aprendía en el propio municipio. Pero Samuel ha vuelto y le gustaría poder ejercer su oficio sin tener que hacerlo en el medio urbano. “Nos han vendido la idea de que la ciudad es el único lugar de progreso posible” dice este joven que, como tantos otros, se niega a que le roben su derecho a quedarse.

“Nos han vendido la idea de que la ciudad es el único lugar de progreso posible”
 
 
 
 
Samuel quiere montar su propio taller de carpintería sin salir del medio rural 
bottom of page